El análisis competitivo es un proceso
que consiste en relacionar a la empresa con su entorno. El análisis
competitivo ayuda a identificar las
fortalezas y debilidades de la empresa, así como las oportunidades y amenazas
que le afectan dentro de su mercado objetivo. Este análisis es la base
sobre la que se diseñará la estrategia, para ello se debe conocer o intuir lo
antes posible:
- La naturaleza y el éxito de los cambios probables que pueda adoptar el competidor.
- La probable respuesta del competidor a los posibles movimientos estratégicos que otras empresas puedan iniciar.
- La reacción y adaptación a los cambios del entorno que puedan ocurrir de los diversos competidores.
La competencia está
integrada por las empresas que actúan en el mismo mercado y realizan la misma
función dentro de un mismo grupo de clientes con independencia de la tecnología
empleada para ello.
Para dar una idea exacta de la importancia del
análisis competitivo, hay que referirse al proceso de planificación de la
estrategia comercial, quien responde a tres preguntas clave:
- ¿Dónde estamos? (Se abocará a hacer un análisis de la situación que responda cuál es la posición que ocupa en el mercado).
- ¿Adónde queremos ir? (Se definirán los objetivos que se quieren alcanzar).
- ¿Cómo llegaremos allí? (Se indica el desarrollo de acciones o estrategias que se llevaran a cabo para alcanzar los objetivos).
Con respecto al análisis de la situación, del cual se parte para realizar el proceso de planificación estratégica, y del que se podrán determinar: oportunidades, amenazas, debilidades y fortalezas de la
organización, se debe centrar en dos tipos de análisis:
Análisis externo. En el que se estudiará: el entorno, la competencia, el mercado, los intermediarios y proveedores.
Análisis interno. Donde se analizará la estructura organizativa de la propia empresa, así como los recursos y capacidades con las que cuenta.